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Gemma Calzada (ES)

Un nivel bajo de hierro en sangre está asociado con la anemia y se manifiesta físicamente en forma de debilidad y fatiga. Frente a este problema, los médicos recomiendan a las personas afectadas suplementos de hierro, principalmente en forma de inyecciones.
Algunas personas intentan buscar otra solución, aumentando la ingesta de hierro contenido en su comida. Pero no parece resolver el problema.
¿Hay algún otro tratamiento? ¿De dónde procede la deficiencia de hierro?

 
En los últimos años el número de personas con bajos niveles de hierro ha crecido sustancialmente, principalmente en mujeres. Debemos tener en cuenta el hecho de que los laboratorios cambian los valores de referencia de los tests sanguíneos en el tiempo y que esto puede provocar una “epidemia” de ciertos tipos de problemas de salud. Pero suponiendo que realmente haya una falta de hierro en sangre, hay algunas posibles causas.

Lo primero que acude a la mente es el tema de tomar suficiente hierro en las comidas. Tendemos a pensar que no comemos suficiente hierro, así que buscamos fuentes de comida con un alto contenido en hierro:

1) Espinacas:
Las espinacas son muy ricas en hierro. El problema es que contienen también ácido oxálico, que impide la absorción del hierro. Así que esta gran cantidad de hierro no alcanza la sangre, sino que se expulsa junto con los oxalatos.

2) Hígado:
El problema es que el hígado es el órgano de desintoxicación de los animales, así que está cargado de toxinas, metales pesados y todo tipo de sustancias tóxicas.

3) Pescado y marisco:
Estos alimentos suelen estar muy contaminados de metales pesados.

4) Legumbres, principalmente lentejas y soja:
El inconveniente de las legumbres es que son muy indigestas y provocan gases a la mayoría de las personas.

La soja contiene una gran cantidad de goitrógenos, que alteran la función de la tiroides. Algunos estudios muestran que la soja también está asociada con el cáncer de mama, pubertad precoz y demencia senil.

5) Carne roja:
La carne roja ecológica puede ser una buena fuente de hierro si no se es vegetariano. La consumición de mucha carne roja se asocia a diversas enfermedades, principalmente cardiovasculares, y también cáncer.

Otras fuentes de hierro son la quinoa, el brócoli, el chocolate, los frutos secos, la patata, etc.

Pero normalmente se suele tomar una cantidad suficiente de hierro para satisfacer nuestras necesidades diarias. El problema principal no es la ingesta de hierro, sino su absorción.

El principal enemigo de la absorción del hierro son los anti-nutrientes. Los anti-nutrientes son sustancias que impiden la absorción de los nutrientes. Se puede encontrar una descripción detallada de este tema en el artículo Los alimentos según su contenido en anti-nutrientes.. Los alimentos que contienen una cantidad considerable de anti-nutrientes contra el hierro son:

1) El café. La cafeína puede reducir la absorción del hierro hasta un 80%. 
2) Las legumbres, los cereales integrales y otras semillas contienen fitatos que impiden la absorción del hierro, zinc, calcio y otros minerales. 
3) El té, chocolate, vino, café y vinagre contienen taninos, que si se consumen en exceso pueden conllevar una deficiencia de zinc y hierro

Una pobre absorción también puede ser debida a un daño en las villosidades intestinales. Estos pliegues de la mucosa intestinal son responsables de la absorción de los nutrientes digeridos desde el intestino hacia la sangre. Cuando su función está alterada, esta tarea no se puede realizar correctamente. Este es el caso de la enfermedad celíaca, una enfermedad auto-inmune causada por una fuerte intolerancia al gluten. Pero la atrofia de las villosidades también puede tener otras causas, como parásitos, algunos medicamentos que suprimen el sistema inmune, algunos antibióticos y algunos anti-inflamatorios; radiación, enfermedad de Crohn, linfoma y SIDA, entre muchos otros.

La anemia está muy a menudo relacionada con una deficiencia de vitamina B12. Esta deficiencia suele ser debida a una falta del factor intrínseco, una proteína segregada en el estómago. La falta de factor intrínseco puede deberse a los medicamentos antiácidos. También puede ser debido a una enfermedad auto-inmune que ataca las células parietales que producen el factor intrínseco.

La deficiencia de B12 es debida principalmente a una flora intestinal desequilibrada. Incluso si la cantidad de B12 ingerida en los alimentos suele ser correcta, esta vitamina ha de ser transformada en metil-B12 para que sea bio-disponible para el organismo. El responsable de esta transformación es la buena flora bacteriana del intestino. Pero si se tiene una mala flora intestinal entonces el proceso de metilación de la B12 no se produce, y resulta en una deficiencia de B12.

Otra posible causa de falta de hierro es el sobre-crecimiento de bacterias que se alimentan de hierro en el intestino. La Dra. Natasha Campbell-McBride explica en su libro GAPS, El síndrome psico-intestinal: “En general, las personas con una flora intestinal anormal sufren diferentes grados de anemia. No es sorprendente que no sólo no puedan absorber las vitaminas y los minerales de los alimentos, esenciales para la sangre, sino que la propia producción de esas vitaminas esté dañada también. Además, las personas con la flora dañada frecuentemente tienen algún tipo de bacteria patógena con predilección por el hierro creciendo en su intestino (…). estas consumen el hierro que se encuentra en los alimentos y causan en el individuo una deficiencia de este elemento esencial. Por desgracias, ingerir suplementos de hierro no sólo no remedia la anemia, sino que fortalece aún más a la bacteria.” …
“Para corregir la anemia hace falta algo más que estos suplementos. Para tener una sangre saludable el cuerpo demanda una gran cantidad de vitaminas: B1, B2, B3, B6, B12, C, A, D, ácido fólico, ácido pantoténico y muchos otros aminoácidos. Numerosos estudios en todo el mundo han demostrado que los suplementos de hierro, por sí solos, no hacen mucho para corregir la anemia. Me entristece ver que los médicos aún lo siguen prescribiendo a sus pacientes, pues causa muchos efectos secundarios y estimula el crecimiento de las bacterias que adoran el hierro, …”

Se debe realizar un profundo cambio de hábitos alimentarios para sanar la flora intestinal y eliminar las bacterias que comen hierro. Los suplementos de hierro no son la solución. El tratamiento GAPS es una posible alternativa, pero hay otras; depende de cada persona. Un estudio concienzudo de la dieta habitual y el estado de salud es necesario para decidir el mejor tratamiento.


 

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